El efecto de la IA en las búsquedas, del SEO al GEO
Creado por Marc Roca, CEO PixUP
La irrupción de la inteligencia artificial en los entornos de búsqueda de información —especialmente con modelos conversacionales como ChatGPT o Copilot— ha transformado por completo el comportamiento de quienes buscan respuestas online. Ya no se trata solo de obtener una definición o una descripción objetiva. Ahora, las personas quieren soluciones útiles, respuestas con criterio, personalizadas, interpretativas y, sobre todo, contextualizadas.
Eso ha cambiado las reglas del juego. Las consultas informativas —las típicas búsquedas tipo “qué es…” o “cómo funciona…”— están perdiendo peso frente a nuevas formas de interacción: las respuestas generadas por IA que resuelven de forma directa, sintetizada y con mayor capacidad de interpretación.
Esto tiene un impacto directo y medible en el SEO tradicional: el volumen de búsquedas informativas en buscadores como Google o Bing tiende a disminuir. ¿Por qué? Porque muchas personas ya prefieren la precisión y comodidad de una IA que entiende lo que necesitan y responde con agilidad.
¿En qué punto estamos con el posicionamiento orgánico tradicional?
En una transición clara: de un SEO centrado en palabras clave, a un posicionamiento que exige aportar valor real, originalidad y contexto. En este nuevo escenario, los buscadores dejan de ser la única fuente para atraer tráfico. El contenido debe estar pensado para ser útil, no solo visible.
Por eso es clave tener claro de dónde obtiene la IA la información y qué contenidos utilizará para responder. Su principal fuente son webs, ecommerces y portales, priorizando aquellos con mayor reputación y reconocimiento, ya que resultan más creíbles y fiables.
Por este motivo, el tipo de contenido también deberá cambiar. Ya no bastará con descripciones neutras o genéricas: será necesario ofrecer valor añadido, criterio y orientación clara. Los contenidos tendrán que ayudar a decidir, no solo explicar. Mostrar ventajas e inconvenientes, usos reales y contextos de aplicación será clave para demostrar la idoneidad de un producto o servicio, tanto para particulares como para profesionales.
Este nuevo enfoque en posicionamiento y búsqueda exige afinar el mensaje según cada tipo de usuario o cliente. No vale una propuesta única para todos. Habrá que entender mejor sus hábitos, miedos y necesidades para adaptar la comunicación y hacerla más relevante, más persuasiva y, en definitiva, más eficaz para cada perfil.
Las búsquedas de conversión —aquellas en las que el usuario ya tiene claro qué quiere y solo busca dónde comprarlo—, seguirán teniendo un papel fundamental en los resultados de los buscadores tradicionales. Y aquí el SEO seguirá siendo una pieza clave para captar ese tráfico directo hacia la venta.
A partir de aquí, lo más probable es que las búsquedas informativas vayan a la baja, pero eso no quiere decir que la conversión tenga que bajar también. Al contrario: si hacemos bien el trabajo, enriquecemos el contenido y lo personalizamos aún más según los diferentes perfiles de usuario, las empresas pueden ver cómo mejora la conversión global, aunque el tráfico sea más selectivo.
SEO con enfoque generativo: preparar el contenido para la nueva lectura de la IA
Entramos en un nuevo ecosistema: una convivencia entre las funciones generativas de la IA y las fuentes de contenidos que las «alimentan». Pero no debemos perder las bases del SEO sino ampliarlas. Ya no escribimos solo para el robot de Google, sino para una IA que busca, compara, entiende y sintetiza.
Las bases del SEO siguen siendo esenciales: una estructura técnica clara, una arquitectura de contenidos bien definida y un buen conocimiento del público objetivo. Aquí aparece GEO (Generative Engine Optimization) que exigirá tener mucho más en cuenta el CRO (Conversion Rate Optimization) y la experiencia del cliente a lo largo de su recorrido digital.
El SEO sigue siendo la base… pero ahora hay que vestirlo con criterio, valor y personalidad. Ahora entraremos en detalle de cómo entender qué es GEO y cómo aplicarlo.
GEO (Generative Engine Optimization): la evolución del SEO para destacar ante la IA
La inteligencia artificial está transformando la manera en que las personas buscan y consumen información. Y esto, evidentemente, también cambia cómo las empresas deben escribir, comunicar y posicionarse en internet. En este contexto, ha nacido GEO: Generative Engine Optimization. Pero, ¿qué significa exactamente y cómo se diferencia del SEO de toda la vida?
Nace GEO, la evolución del SEO para la IA
Si hasta hace poco optimizábamos pensando en Google, ahora toca escribir pensando también en quién nos leerá a través de una IA. Y no es solo una cuestión técnica o de posicionamiento. El GEO no es una nueva técnica más, es una adaptación radical del SEO a un entorno donde la IA no solo indexa, sino que interpreta, selecciona y sintetiza.
Y aquí es donde gana peso la opinión, el criterio y la capacidad de generar valor real a través del contenido. Diría que GEO nos obliga a volver a escribir como personas expertas que aportan, no solo como quien sabe posicionar. Los datos fiables son importantes, sí, pero lo que marca la diferencia es la interpretación, la originalidad y el valor que el lector puede aplicar.